EL FUEGO DEL DRAGON
BOLETIN MENSUAL DE OVNILOGIA
Nº 102 – Febrero de 2007
Editado por Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
"El Dragón Invisible"
http://dragoninvisible.com.ar/
Se permite la reproducción parcial o total, por cualquier medio, de los artículos presentados en este boletín. Si así se hiciere, se agradecerá la notificación al autor del artículo y al editor del boletín.
10 historias: Buenos Aires
Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
Introducción
Siguiendo con la idea del artículo "10 historias: Avistamientos", publicado en el número 100 de este boletín (Diciembre de 2006), presento ahora otras 10 historias, pero con el común denominador que todas ocurrieron en la ciudad de Buenos Aires. La idea es mostrar que aún en una gran ciudad pueden ocurrir cosas sobre nuestras cabezas. Sólo es cuestión de estar más atento y de mirar hacia arriba.
Les recuerdo que estas historias, tal como indiqué en el artículo anterior, son relatos que los propios testigos o terceros me han hecho llegar y que por el tiempo transcurrido o la falta de otra evidencia, no se puede profundizar demasiado en las mismas. La idea es que estas historias "no mueran" en los archivos, por eso las comparto con ustedes. Y reitero que "obviamente que la falta de evidencias físicas hacen que no sean "el caso perfecto" ni son la prueba contundente que los ovnis existen. Pero por lo menos a más de uno nos hace pensar que allá afuera algo está ocurriendo…"
Y cómo hice en el otro artículo, en todos los relatos he decidido no incluir los nombres de los testigos.
1
--/--/1971 – Buenos Aires – Tarde
"Estimado Carlos Alberto Iurchuk:
(…) En televisión y en Internet, vi enorme cantidad de videos y fotos respecto de OVNIS, pero nada como lo que vi con un amigo siendo el año 1971 (años más o menos, no recuerdo con precisión el año exacto). Todas las fotos que vi en televisión o Internet son OVNIS si se podría decir del tipo "compacto" (un disco o plato) – no soy un experto en este tema – y éste asemejaba como una gran rueda que se comunicaba mediante tubos con un centro. La cantidad de tubos que se comunicaban con el centro pueden variar, no era un momento para contarlos (quedamos consternados y asombrados) pero eran entre 4 ó 7.
El objeto pasó sobre nosotros en dirección oeste a este en un día soleado, sobre Capital Federal, siendo la tarde, sin nubes, sin ruidos, sin dejar estela de humo, y aproximadamente a los 10 minutos un avión del tipo Mirage voló en el mismo sentido de circulación que el OVNI (coincidencia o no, pero objetivamente sucedieron así los hechos).
El objeto llevaba una velocidad de rotación lenta, y la velocidad de desplazamiento desde que apareció en el horizonte (zona oeste, cancha de fútbol de Vélez Sarsfield) hasta volver a desaparecer en el horizonte (zona este) fueron aproximadamente 10 – 15 segundos, y en su trayectoria pasó exactamente sobre nosotros, a unos 200 – 300 metros de altitud y el tamaño se asemejaba a un Boeing 737 ó 727.
A casi 30 años de aquel suceso, me resulta increíble que no haya tenido repercusión en televisión o en los diarios, y que nadie lo haya visto, pues pasó sobre el gran Buenos Aires (zona de Ciudadela), para luego pasar por el medio de Capital Federal, desde Liniers en dirección al Río de la Plata. La única razón que encuentro es que quizás poca gente lo vio, pues el objeto no emitía ruidos o sonidos como las turbinas de un avión (lo único que recuerdo haber escuchado es el desplazamiento de aire)".
2
01/01/1977 – Buenos Aires – 01:00
"Te voy a contar lo que sucedió esa noche del 31 de diciembre de 1976.
Eran las 01:00 hs del día 1º de año en la terraza de la casa de mi tía. Como siempre estaba mirando las estrellas, la noche era limpia, la luna llena era enorme. De repente mirando las Tres Marías veo una formación en V. Eran nueve de un lado y nueve del otro y en la punta la guía, que viajaban a una velocidad lenta. Tenían el color de las estrellas, eran de formas circulares y el tamaño era como el de la estrella más brillante. Al llegar a la altura de las Tres Marías de golpe el cielo hubiera parecido tener un tajo por donde empezaron a desvanecerse ante mis ojos. Yo seguía viendo a las estrellas que estaban al lado del tajo, así toda la formación desapareció. Bajé las escaleras asustado corriendo para contarle a mis padres, y ellos me contestaron no pasa nada te lo debes haber imaginado. Desde ese entonces guardo dentro mío esto que te cuento".
3
--/09/1986 – Buenos Aires – Atardecer
"Estimado amigo Carlos:
Te cuento más en detalle nuestro avistamiento:
Fue hace 20 años aproximadamente (yo estoy por cumplir mis 40 años) y fue en septiembre de 1986, en el barrio de Villa Lugano, donde allí moraban mis primos XX y YY, junto a mis tíos, en una casa muy bonita. Esa casa tenía un patio trasero, el cual, cada vez que visitaba a mis primos sobretodo con XX que tenemos casi la misma edad, salíamos al patio muchas veces a fumar un cigarrillo y a contarnos nuestras aventuras con las minas o como había pasado hacia poco el servicio militar para los dos, anécdotas. En fin, ese patio de esa casa siempre fue ‘nuestro café’ .
En ese patio estaba cayendo la noche, vistes, esas noches bien claras, cuando el cielo está a punto de dar las estrellas pero no deja de ser un atardecer... Bueno, estábamos conversando XX y yo y de repente, mi primo me dice mirando hacia arriba en dirección al sur (o sea hacia el fondo del patio), mira eso!!! Yo miré, cuando lo hice, vi a una distancia de unos 500 metros no creo sea más, un ovni, perfectamente, delineada la figura de platillo volante, con su contorno y mediría unos 6 ó 7 metros, entre la espesura de la tarde-noche y lo poco que duró entre ese contorno no podría decirte a ciencia cierta si brillaba su material puesto que no había reflejos, no había sol, pero no tenía ninguna luz, tampoco ningún sonido.
Fue muy rápido, venía desde lejos en forma recta se fue acercando hizo un zigzagueo y… no te puedo explicar con palabras!!!! Desapareció en un flash con ese zigzagueo!!!! Nos quedamos duros!!!
Lo único que dijimos al irse: ¿Qué fue eso?!!!! Parecía una joda. Tanto él como yo nos daba vergüenza contarlo a los que estaban adentro porque se nos iban a reír y vos sabés todas esas cargadas de tíos, madres, padres... Lo comentamos a la familia, después y la primera reacción se nos reían. Después con nuestra insistencia nos creyeron, pero nunca más hasta hoy creo, salió el tema".
4
--/--/1989 – Buenos Aires – 21:00
"Quiero contarles que cuando tenía aproximadamente 8 ó 9 años. El año en que me ocurrió esto fue en el 89 ó 90. El mes no me acuerdo, pero creo que era en verano, porque estaba en remera y de noche todavía hacía calor. Estaba en el espacio verde que hay al lado del canal ATC, cerca de la Facultad de Derecho, con mi familia. Yo andaba en bicicleta. Era de noche, creo que más de las 21 horas, cuando vi en el cielo un bola de fuego que venía en dirección NO a SE, en una velocidad rápida. A esa edad, no entendía bien eso que vi, era un niño. Tal vez habré escuchado algo de ovnis, yo estaba en mi infancia y mucho no me importaba, era un nene.
Creo que no escuché ningún zumbido, pasa que a esa edad tal vez ni le di importancia a algún zumbido. Pero creo que no, no sentí ninguno.
Con los años, creciendo, me di cuenta que lo que vi no fue nada normal, ese "meteorito en llamas" que vi fue real, lo vi, y fui el único que lo vio esa noche (mis padres dicen no haber visto nada, y la gente que estaba allí, según me acuerdo, no estaban mirando el cielo, además, ni idea quienes eran como para preguntarles si vieron el fenómeno).
Y este año, en la página de Internet de mi proveedor de acceso a la misma encontré, en una sección de fotos de ovnis, vi un ovni exactamente igual, y luego en otras páginas relacionadas con el tema (ya que empecé a buscar por todos lados) encontré muchas fotos con ovnis de mi descripción.
Al leer los casos de la página de Uds., me di cuenta que en varios casos ese color anaranjado aparece, como así también la "bola de fuego", lo digo porque es un detalle curioso a tener en cuenta".
5
--/01/1992 – Buenos Aires – Noche
"(...) Con mucho gusto paso a contarte lo que vi una noche de enero de 1992, no recuerdo precisamente que día. Yo estaba en la planta baja de mi casa en el barrio porteño de Flores, cuando escucho a mi abuela gritar que vayamos hacia donde estaba ella (la terraza de la casa) diciendo que había un OVNI. Fui hasta el lugar y efectivamente vi una luz en el noroeste que cambiaba de color y se movía rápidamente para todas direcciones, inclusive desaparecía por momentos y volvía a aparecer tras unos segundos. Esto duró aproximadamente unos 5 minutos. Luego se detuvo en un punto del cielo y salieron otras luces más pequeñas, menos intensas de color azul. Empezaron a moverse alrededor de la luz más potente, luego comenzaron a hacer figuras geométricas en su entorno, círculos, cuadrados, triángulos... fue increíble.
Por último, estas luces azules se "metieron dentro" de la luz más grande que seguía cambiando de color y con un rápido ascenso vertical desapareció".
6
--/01 ó 02/1997 – Buenos Aires – Mediodía
"Una persona que trabajaba en el banco, comentó que, en enero o febrero, siendo el mediodía, en La Boca, vio venir desde el río, un objeto ovalado, color gris, como el mouse de la PC. Habían nubes, las cuales iban en sentido contrario al objeto".
7
01/12/1997 – Buenos Aires – 23:00
"Anoche, sería tipo 11 horas, con XX en mi terraza vimos una estrella que se movía para atrás y para adelante, arriba y abajo. Las dos la vimos hacer lo mismo al mismo tiempo y luego la vimos dejar de hacerlo al mismo tiempo.
Te comento que "la estrella" no hizo nada más, sólo se movió raro y avanzó más rápido que las demás pero al final se quedó quieta. Al principio gritamos un poco, después tomamos café y la controlamos y al rato nos aburrió porque no hacia nada más. Lo único que brillaba bastante y las dos le notamos un halo alrededor".
8
26/12/1999 – Buenos Aires – 22:30
"Mi último avistamiento ocurre el 26 de diciembre de 1999 aproximadamente a las 22:30 horas. Era una noche despejada y podían verse las estrellas. Yo estaba en el balcón de mi casa con mi padre cuando veo aparecer de la nada un móvil que emitía una luz blanca constante y muy brillante. El objeto comenzó a descender a una velocidad media-lenta y en una trayectoria errática perpendicular al horizonte, pero se "desmaterializó" a pocos segundos antes de salir de nuestro campo visual. Lo curioso de este caso es que a los 5 minutos aproximadamente vemos un móvil, muchísimo más pequeño, a muchísima más altura y con una luz blanca y constante, pero mucho más débil que el anterior, desplazarse a una altísima velocidad pero con dirección paralela al horizonte, lo que continuó haciendo hasta desaparecer del nuestro campo visual".
9
20/01/2000 – Buenos Aires – Noche
"Te comento que el día del eclipse estábamos con mi señora, mi hijo y un amigo mirando el fenómeno natural cuando vimos un avión comercial que volaba con ruta Sur – Norte que era seguido por dos esferas sin luz (se iluminaban con la luz de la ciudad) durante 3 ó 4 segundos para luego adelantarse vertiginosamente y virar una hacia el Este y otra hacia el Oeste perdiéndose ambas de vista".
10
12/12/2004 – Buenos Aires – 14:30
"Yo estaba acostado sobre una lona en el pasto mirando el cielo, al lado de mi esposa, en el club (Zona Bajo Flores) cuando vi una esfera lumínica que me llamó la atención, que si hubiese sido de noche habría descrito como una estrella.
Observé que se desplazaba lentamente (Digo lentamente en perspectiva porque el objeto estaba muy alto. En realidad no puedo calcular la velocidad real de desplazamiento.) en dirección Oeste – Este. En ese momento le comenté a mi esposa si veía la esfera en el cielo que yo observaba, a lo que me contesta que no es una sino dos.
En ese momento me doy cuenta que además de la esfera que yo observaba había dos más atrás.
Seguí la evolución de los tres objetos. El primero se detuvo y viró con dirección sur 90º y permaneció estático mientras los otros dos se desviaban unos 30º de la trayectoria pero hacia al norte.
Los dos objetos al principio de la observación volaban uno al lado del otro pero al llegar a la línea del primero se quedaron alineados en sentido Oeste – Este. El objeto que quedó más retrasado describió una semicircunferencia alrededor del otro hasta que quedó alineado con los otros.
Luego ya no los pude seguir más con la vista.
Los tres objetos se encontraban muy altos, calculo que el doble de lo que operan las líneas aéreas comerciales. Los aviones que a veces se divisan son claramente identificables más en las condiciones climáticas que regían ayer (Despejado, escasa nubosidad, alguna ligera neblina de smog).
Descarto que sean aviones por las razones por varias razones:
Forma esférica, lumínicos.
Techo operativo de vuelo (estimo que estaban a más de 20.000 metros). El techo operativo de vuelo de las aeronaves comerciales es de aproximadamente 10.000 metros. Y como dije son claramente visibles.
Los aviones no pueden permanecer en vuelo estático salvo los Harrier y los helicópteros que no operan por cierto a esa altura.
Descarto que sean fenómenos atmosféricos (tenían vuelo controlado).
Descarto que sean meteoritos y/o basura espacial que reingresa a la atmósfera, porque los objetos que caen a la atmósfera no viran 90º ni se alinean ni describen círculos uno alrededor del otro.
Por afición me gustan mucho los aviones por lo que he adquirido ciertos conocimientos como para discernir entre una buena gama de aeronaves conocidas (SR71, F117, B2, F14, F16) y alguna que otra extrañeza fabricada para vuelos de reconocimiento. Pero esto no era nada de eso".
Tras la huella de vida extraterrestre
Moisés Garrido Vázquez
Huelva – España
El 9 de mayo de 2002 despertábamos con una noticia de especial trascendencia científica. Todos los diarios de tirada nacional se hacían eco del trabajo publicado en esos días por la prestigiosa revista Nature respecto al hallazgo de microorganismos eucariotas en el Río Tinto (Huelva), un hábitat con condiciones muy extremas para la vida. La importancia de dicho descubrimiento se multiplica si tenemos en cuenta que las investigaciones que se están llevando a cabo en el Río Tinto por miembros del Centro de Astrobiología (CAB) tendrán su reflejo en futuras misiones al planeta Marte para buscar formas de vida primigenia. Y es que, este cauce fluvial que atraviesa de norte a sur la provincia de Huelva, posee características muy análogas a las del planeta rojo. "El Río Tinto es un modelo extraordinariamente interesante y muy accesible para estudiar la vida en Marte desde la Tierra", afirma el astrofísico Juan Pérez Mercader, director del CAB y uno de los miembros del equipo científico que analiza las aguas del río onubense. Un río de 90 kilómetros de longitud que, por su elevada acidez – un pH de 2.2 –, su alta concentración de metales pesados como el hierro, su contaminación y su escasez de oxígeno, le hacen especialmente adverso para que exista actividad biológica. Sin embargo, no ha sido este el caso. Los extremófilos, microorganismos que se desarrollan en hábitat hóstiles y, en apariencia, estériles, se sienten cómodos viviendo cerca de surtidores hidrotermales submarinos, en géiseres, en los hielos de la región antártica, en ambientes alcalinos, radiactivos y muy salinos, o en medios muy ácidos como ocurre con el Río Tinto, en el que se ha detectado una colonia de 1.300 especies distintas de microorganismos quimiolitótrofos que se alimentan de sulfuros polimetálicos.
Los análisis de este insólito ecosistema no se han iniciado ahora. El equipo del CAB lleva trabajando en el proyecto desde hace varios años. El propio director de NASA, Daniel Goldin, se acercó en 1999 hasta la cuenca minera en la que nace el Río Tinto, para recoger muestras y analizarlas en laboratorio. Al año siguiente, el 23 de septiembre de 2000, miembros del CAB encabezados por el catedrático de Microbiología Ricardo Amils, y expertos de NASA como Jonathan Trent, Rosalinda Grymes y Carol Stoker dieron inicio al proyecto denominado "P. Tinto" que consistió en realizar diversos análisis y mediciones de las rojizas aguas del río mediante un pequeño y sofisticado prototipo de robot submarino – al que dieron el nombre de "Snorkel" – desarrollado por el Laboratorio de Robótica y Operación Remota del CAB y que será perfeccionado para emplearse dentro de un par de años en la búsqueda de vida microorgánica en Marte. Aquella primera exploración sirvió para identificar primitivas bacterias procariotas o arqueobacterias (que carecen de núcleo celular y compartimientos membranosos), pero recientemente, y según los resultados publicados en Nature por científicos españoles del CAB, se han detectado microorganismos más complejos y evolucionados, los eucariotas (células diez veces mayores que las procariotas y que poseen un núcleo para el ADN), que pertenecen a la mayoría de seres vivos, incluyendo el ser humano. Ante la sorpresa de que no sólo se han encontrado bacterias unicelulares sino también multicelulares, Amils precisa: "La pregunta ahora es saber qué hacen esos seres ahí, qué les hace adaptarse a un pH tan bajo y a tan altas concentraciones de metales pesados". El hallazgo, sin duda, ha abierto insospechadas posibilidades de cara a la exploración de vida en Marte. Y es que si la vida es tan resistente y puede aflorar en ambientes muy extremos, las probabilidades de que haya surgido en planetas como nuestro vecino Marte, o en lunas como Titán y Europa, son bastante altas. Ese optimismo se respira actualmente entre un buen número de científicos implicados en estas cuestiones. "Si la vida es tan flexible como parece evidenciar el caso de la Tierra, entonces es posible que una vasta variedad de planetas, tanto dentro como fuera del Sistema Solar, haya generado vida y la albergue en el presente", sostiene el geólogo Bruce M. Jakosky, autor de "La búsqueda de vida en otros planetas" (1998).
Una nueva ciencia
Según podemos leer en la web del CAB (http://www.cab.inta.es/), la Astrobiología es "una ciencia impulsada en el seno de la NASA para investigar el origen de la vida y su presencia e influencia en el Universo. Se trata, en síntesis, de averiguar cómo surgen los bloques básicos de la vida y de qué manera esos bloques se combinan hasta crear formas vivas, de estudiar las interacciones que los seres vivos y el entorno en el que habitan ejercen entre sí, y también de cómo la vida se extiende más allá de los límites del planeta en que nace".
La Astrobiología es una nueva ciencia interdisciplinar que acoge a físicos, bioquímicos, geólogos, astrónomos, ingenieros, matemáticos, etc., aunados para intentar responder a preguntas tan fundamentales como: ¿Qué es la vida? ¿Cuál es su límite? ¿Se trata de un fenómeno inusual o frecuente en el Universo? ¿Cómo apareció la actividad biológica sobre la Tierra? ¿Puede existir vida inteligente en otros planetas?... De este arduo trabajo en equipo, impulsado por la NASA, dependerá el camino que vayan a emprender las futuras misiones a Marte para hallar posibles huellas de vida bacteriana en su pasado y ¿por qué no? en su presente, bajo la superficie. "Resulta absolutamente posible que los organismos que existieron en Marte en un pasado lejano existan todavía – asegura el astrofísico Everett K. Gibson –. La disponibilidad de agua subterránea facilitaría su supervivencia".
Los astrobiólogos están experimentando en estos momentos en diversos nichos ecológicos terrestres con instrumentos muy precisos y diminutos robots capaces de detectar formas elementales de vida en lugares inhóspitos. Tecnología que finalmente irá acoplada a las sondas que se envíen al planeta rojo durante estos próximos años.
Y esa es precisamente la labor que tiene encomendado el CAB, único centro asociado al NASA Astrobiology Institute que se encuentra fuera de EE.UU. Al CAB pertenecen 80 científicos de todo el mundo especializados en diversas disciplinas que están en permanente contacto con sus colegas norteamericanos. Este organismo, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se creó el 5 de febrero de 1999 y se puso en marcha en septiembre de 2000. Sus instalaciones se encuentran en el Campus del INTA, Torrejón de Ardoz (Madrid), y cuenta con ocho laboratorios en los que se investiga la secuenciación genética, la bacteriología microbiana, la evolución molecular, la geología planetaria, la robótica y las aplicaciones telemáticas, etc. Además de Juan Pérez Mercader y Ricardo Amils, al CAB pertenecen reputados científicos como el biólogo Francisco Ayala, el geólogo Ramón Capote, el experto en meteoritos Jesús Martinez-Frias, el bioquímico Federico Morán, el geólogo planetario Francisco Anguita, etc.
Como vemos, hay muchas expectativas en materia astrobiológica. Y las investigaciones no han hecho más que comenzar. Sin duda, el futuro de esta recién nacida ciencia es sumamente prometedor.
¿Es Marte un oasis?
Como hemos apuntado, los experimentos que se están llevando a cabo en el Río Tinto y en otros hábitat extremos de la Tierra servirán para desarrollar futuros programas de investigación astrobiológica cuyo fin prioritario es buscar posible vida microorgánica en Marte. Un planeta que siempre ha despertado el interés de astrónomos y exobiólogos por sus características geológicas. Si bien, actualmente Marte es un planeta árido y con una atmósfera muy tenue (compuesta en un 95% por dióxido de carbono), no existe duda de que en su pasado, hace varios miles de millones de años, pudo reunir unas condiciones óptimas para la vida. Según el desaparecido astrónomo Carl Sagan, "las condiciones de Marte hace entre 4.000 y 3.800 millones de años pudieron haber favorecido el nacimiento de la vida. La superficie está quebrada por cursos presumibles de antiguos ríos, lagos e incluso océanos de más de 100 metros de profundidad. El Marte de hace 4.000 millones de años era mucho más húmedo y cálido que el de hoy. Tomadas en conjunto, estas informaciones fragmentarias sugieren que pudo haber surgido la vida en ese planeta".
Indicios de que Marte ha albergado vida no han faltado en los últimos años. Todos recordamos aquel histórico 7 de agosto de 1996, día en que la NASA difundió la noticia de que se había encontrado restos fósiles de microorganismos en un meteorito procedente de Marte. La roca, que cayó en la Antártida hace 13.000 años y que fue bautizada con el nombre de "ALH84001", contenía en su interior hidrocarburos policíclicos aromáticos, que se producen como consecuencia de la degradación de grandes moléculas orgánicas, y glóbulos de carbonatos, cuya presencia es indicativa de actividad biológica. El equipo de científicos que estaba a cargo de la investigación, coordinado por el astrónomo David McKay, lo tenía muy claro: "Creemos haber encontrado pruebas bastante razonables de vida anterior en Marte". Y aunque todavía
hay quien lo cuestiona, lo cierto es que los análisis isotópicos de las estructuras contenidas en el meteorito efectuados por el geoquímico John W. Valley, de la Universidad de Wisconsin, y el estudio de las propiedades magnéticas de la roca llevado a cabo por el geólogo Joseph Kirschinvk, del Instituto Tecnológico de California, sugieren que los conglomerados de carbonatos pueden ser el resultado de procesos orgánicos ya que se formaron a temperaturas viables para la vida, conclusiones que fueron publicadas en marzo de 1997 en la revista "Science". Por otra parte, en diciembre de ese mismo año, la NASA envió a nuestro país un pequeño fragmento de la roca marciana para ser analizado por los científicos Carmen Ascaso, del Centro de Investigaciones Medioambientales del CSIC, y Jacek Wierzchos, de la Universidad de Lleida. Para ello, desarrollaron una técnica muy avanzada de Microscopía Electrónica de Barrido que permitió estudiar detalladamente el interior de la roca y poder llegar al nivel citológico de los microorganismos litobiónticos. Los cristales de magnetita agrupados en forma de cadena que hallaron mediante dicha técnica, fue para ambos científicos un signo inequívoco de que "ALH84001" contiene trazas fosilizadas de microorganismos que pudieron vivir en los acuíferos del subsuelo marciano hace unos 3.900 millones de años. Los sorprendentes resultados serían publicados finalmente el 27 de febrero de 2001 en un número especial de la prestigiosa revista "Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA". "Hemos descubierto pequeños cristales de magnetita, pero no aislados sino en forma de cadenas. Esto en la naturaleza sólo lo producen los excrementos de unos seres vivos llamados bacterias magnetotácticas", declararía Carmen Ascaso al diario "El Mundo".
No hay más que echar un vistazo a las secciones científicas de los periódicos de estos últimos años para comprobar que Marte ha ocupado amplios titulares. Y la mayoría, para referirse a nuevas evidencias que apoyan la existencia de vida en su pasado y la probabilidad de que siga conservándose actualmente bajo el subsuelo, tras haberse adaptado a los cambios medioambientales. Los estudios realizados por sondas como la "Mars Global Surveyor" (MGS), lanzada en noviembre de 1997, han podido certificar que Marte tuvo en épocas remotas una intensa actividad hidrotermal y volcánica, además de poseer un potente campo magnético. Características muy favorables para la presencia de vida. Recordemos que el geólogo John Mustard y su equipo de la Universidad Brown (EE.UU), tras estudiar más de 8.000 imágenes de alta resolución de la superficie marciana, creyeron haber encontrado pruebas no solo de la evaporación de hielo subterráneo, sino también de que todavía hay grandes cantidades de agua en el subsuelo. Y el agua, como de sobra sabemos, es esencial para la vida. Aparte de ser un reactivo, sirve para disolver los nutrientes y los desechos y puede permanecer en estado líquido dentro de un margen amplio de temperaturas. La vida podría existir en otros fluidos como el metano, el etano o el amoniaco, pero con mayor dificultad. El agua, por tanto, sigue siendo el candidato número uno para el desarrollo de la vida. Y si se comprueba que en Marte ha existido este fluido elemental, es muy probable que también allí haya surgido la vida. Regiones como Valles Marineris presenta rasgos de haber sido en tiempos pasados fondos de caudalosos océanos. Se han encontrado además numerosos estratos de rocas sedimentarias, barrancos erosionados y guijarros redondeados que únicamente se han podido formar por grandes corrientes de agua. "Aunque la vida no ocupe la globalidad del planeta Marte – sostiene el ya mencionado geólogo Bruce M. Jakosky –, es posible que continúe desarrollándose aislada en ocasionales nichos ecológicos. Estos nichos podrían consistir en agua líquida o en fuentes calientes vinculadas a vulcanismos situadas muy por debajo de la superficie, a profundidades que aún podrían albergar agua líquida". Algo que parece confirmar las informaciones transmitidas a la Tierra por la sonda "Mars Odyssey". El Espectómetro de Rayos Gamma de la sonda espacial ha revelado la existencia de cantidades muy importantes de hidrógeno en regiones cercanas al polo norte y en el polo sur marciano, lo que de algún modo vendría a ratificar la existencia de agua helada bajo la superficie. "Ahora realmente podemos ver agua en lugar de conjeturar que la hubo", afirma satisfecho Steve Saunders, científico del Jet Propulsion Laboratory y uno de los artífices del proyecto. Y una nueva evidencia se sumó a la posible existencia de vida orgánica en Marte: la presencia de clorofila en los datos registrados por la sonda "Mars Pathfinder" en julio de 1997. El detectarse a través del análisis espectrográfico de las imágenes señales de la molécula utilizada por las plantas para realizar la fotosíntesis, causó obviamente un gran asombro entre los astrobiólogos.
Marte continuará acaparando durante esta década la atención de astrofísicos y exobiólogos. Las próximas misiones van a seguir centradas en la localización de agua subterránea, en el análisis de las rocas y, sobre todo, en la búsqueda de huellas biológicas. A tenor de los sorprendentes datos recogidos hasta el momento por misiones como la "Mars Pathfinder" y la "Mars Global Surveyor" – y que pueden consultarse en Internet –, se esperan descubrimientos muy espectaculares. Habrá que estar muy atentos...
Inteligencias cósmicas
Hasta ahora solo hemos hablado de vida elemental, de microorganismos, pero ¿existirá vida inteligente ahí fuera? ¿Civilizaciones extraterrestres que hayan alcanzado un nivel tecnológico?... Muchos responderíamos afirmativamente, aunque sabemos que no existen evidencias científicas, al menos por el momento. Entonces ¿sólo nos basaríamos en una creencia subjetiva para pensar que no estamos solos en el Universo? La verdad es que en estos últimos años se han acumulado más argumentos en favor de que existan inteligencias extraterrestres que en contra. Así que sin evidencias constatables también podemos llegar a deducciones lógicas de acuerdo a las pistas que se están manejando ahora mismo. "Estoy convencido de la existencia de vida en otros sistemas solares, incluso de vida inteligente. Y esta convicción se ve reforzada por los numerosos datos de los que dispone hoy la Exobiología, que apuntan en esta dirección", confiesa el bioquímico François Raulin. La detección de numerosos planetas extrasolares (unos 80 desde 1995), la presencia de agua en el Universo (en planetas, satélites, núcleos galácticos, cometas...), el hallazgo de moléculas orgánicas en muchas regiones del espacio (abundando el oxígeno, el nitrógeno y el carbono) y el extraordinario número de galaxias y de estrellas que existen (50.000 millones de galaxias, cada una de las cuáles contienen alrededor de 100.000 millones de soles), hacen que las probabilidades de vida extraterrestre sean bastante alta y, a su vez, que el número de planetas donde la vida haya evolucionado hacia la inteligencia también sea elevado. Y es que, según muchos científicos, una vez que surge la vida primitiva, la selección natural se encarga de guiar su evolución hacia el estadio de la inteligencia. No seríamos, pues, producto de una casualidad cósmica. En virtud de estos ejemplos, lo realmente extraordinario sería lo contrario, es decir, que fuésemos la única civilización inteligente en el Universo. "Nuestra lógica científica nos obliga a admitir que no estamos solos en el Cosmos. Considerar que la Tierra y sus habitantes son algo único entre los miles de millones de galaxias existentes nos parece hoy casi una osadía", afirma el biólogo Joachim Illies.
Algunos astrónomos se han atrevido incluso a poner cifra a esas posibles civilizaciones alienígenas. Es el caso del Dr. Frank Drake, pionero de la investigación exobiológica, quien calcula que sólo en nuestra galaxia pueden existir entre 10.000 y 100.000 civilizaciones tecnológicas. Resultados basados en una ecuación que formuló hace cuatro décadas y en la que manejaba factores probabilísticos. Carl Sagan fue más optimista al estimar en 1.000.000 el número de inteligencias extraterrestres que probablemente habitarían la Vía Láctea. El astrónomo Paul Horowitz y el bioquímico Juan Oró, por el contrario, reducen el número a solo 1.000 civilizaciones técnicas en toda la galaxia. Sea el número que sea, lo cierto es que la mayoría de científicos actuales aceptan razonablemente la pluralidad de mundos habitados por criaturas inteligentes, y más, teniendo en cuenta el Principio de Mediocridad, según el cual nuestro Sol, nuestro planeta y nuestra especie humana no tienen nada de especial, sino que son tremendamente comunes. Ahora bien, ¿qué formas ha podido adoptar esas inteligencias extraterrestres? Parece muy poco probable que sean semejantes a nosotros. Pensar lo contrario sería caer en viejas ideas antropocéntricas. La evolución biológica en otros mundos, debido a las condiciones del entorno, la gravedad, la atmósfera, etc., ha tenido que tomar caminos muy distintos al que tuvo lugar en la Tierra. Es un proceso puramente fortuito y aleatorio.
Una llamada al infinito
Lo que nos sacaría completamente de duda sería poder establecer un contacto con esas civilizaciones extraterrestres. Conseguirlo sería el paso más grande que jamás haya dado la humanidad. Y precisamente esa es la pretensión de los científicos que están a cargo del conocido Proyecto SETI ("Search for Extra-Terrestrial Intelligence"). Un ambicioso programa puesto en marcha hace ya más de treinta años y que intenta mediante potentes radiotelescopios captar señales electromagnéticas procedentes de otras posibles civilizaciones. Hasta el momento no hemos obtenido respuesta. O si la ha habido, hemos sido incapaces de captarla. No obstante, durante todo este tiempo se ha barrido una amplia zona de la bóveda celeste, apuntando hacia aquellos cúmulos estelares más interesantes y empleándose canales con millones de frecuencias. Sin duda, es el método más eficaz, ya que las ondas de radio viajan a la velocidad de la luz. Un contacto físico, debido a las enormes distancias cósmicas que habría que recorrer, es algo impensable. Por ahora, algo así pertenece al terreno de la ciencia-ficción. En un futuro ¿quién sabe?...
El primer intento de contacto por ondas de radio se llevó a cabo en 1960 bajo el nombre de Proyecto OZMA. Su director, Frank Drake, dirigió las antenas del Radiotelescopio de Green Bank (West Virginia, EE.UU.) hacia las estrellas Tau Ceti y Epsilon Eridani, a unos 11 años-luz de nosotros, para escuchar alguna posible señal en la frecuencia del hidrógeno neutro (1.420 MHz). El 16 de noviembre de 1974, el Dr. Drake envía desde el Radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) un potente mensaje hacia el cúmulo globular M-13 Hércules. El mensaje – de 1679 bits – contenía información en forma binaria del sistema decimal, del ADN, del hombre, del Sistema Solar, etc. El problema es que podemos recibir respuesta dentro de 50.000 años... Se decidió entonces trabajar sólo en la detección de posibles señales en vez de enviarlas. Tal vez, alguna civilización
extraterrestre ya ha lanzado un mensaje al espacio muchísimo antes que nosotros. "Lo importante es escuchar: de existir civilizaciones estelares próximas, alguna de ellas tiene que estar infinitamente más avanzada que nosotros", asegura el catedrático de Física Teórica Francisco J. Ynduráin.
En el Proyecto SETI han estado comprometidos importantes científicos como Carl Sagan, Philip Morrison, John Billingham, Freeman Dyson, Jean Heidmann, entre muchos otros. Hoy el proyecto está desvinculado de la NASA y sigue vigente a través del Instituto SETI (California), que se mantiene con fondos privados, después que el Congreso americano cancelase en 1993 su apoyo financiero por culpa del senador Richard Bryan que consideraba inútil un programa de estas características (?). Rebautizado con el nombre de Proyecto Phoenix, su nuevo objetivo sería rastrear objetos específicos. Así, en 1995, y desde el Radiotelescopio Parkes (Australia), apuntaron a unas 200 estrellas cercanas parecidas al Sol. Por primera vez dispusieron de un instrumental técnico que les permitían analizar simultáneamente 28 millones de canales de radio. En la actualidad, lo hacen con nada menos que 2.000 millones de canales.
Junto al Proyecto SETI y Phoenix, han surgido otros programas de escucha interestelar. La Universidad de Berkeley inició en 1979 el Proyecto SERENDIP desde el Radiotelescopio de Arecibo. Ahora va por su cuarta fase y está capacitado para examinar 168 millones de canales. En 1985, la Universidad de Harvard pone en marcha el META (Megachannel Extra-Terrestrial Assay), financiado por The Planetary Society (Steven Spielberg llegó a donar al proyecto 100.000 dólares). Rastrean el cielo del Hemisferio Norte mediante 8 millones de canales. El META II hace lo mismo desde el Hemisferio Sur. Al conmemorarse en 1992 el V Centenario del descubrimiento de América, la NASA pone a punto el HRMS (High Resolution Microwave Survey) que dirige los radiotelescopios del "Ames Research Center" hacia 1.000 estrellas situadas en un radio de 80 años-luz. En 1995, Paul Horowitz desarrolla el potente BETA (Billion-channel Extra-Terrestrial Assay) barriendo una zona amplia del cielo. Como podemos imaginar, los datos acumulados por todos estos programas son muchos y para poderlos analizar harían falta miles de años. Por eso, los técnicos del SETI llevaron a cabo en abril de 1999 una interesante iniciativa. Convocaron a internautas de todo el mundo para que instalaran en sus PCs un programa que permite analizar las señales extraterrestres mientras el equipo no está siendo utilizado, actuando por tanto como un salvapantalla. El interesado se suscribe al programa SETI@Home y descarga el software correspondiente. Nada menos que dos millones de usuarios pertenecen ya a esa singular aldea global que intenta captar una mínima señal que nos confirme definitivamente que no estamos solos en este vasto Universo. ¿Y cuándo ocurrirá ese trascendental acontecimiento? Frank Drake considera que, con los sofisticados medios con que cuenta actualmente la Radioastronomía, es probable que obtengamos alguna señal inteligente en un plazo de 20 años. Otros exobiólogos comparten su mismo entusiasmo. ¿Acertarán?...
Para finalizar, recordemos una de las conclusiones a las que llegaron los participantes de la 1º Conferencia Internacional sobre la Comunicación con Inteligencias Extraterrestres, celebrada en la Academia de Ciencias de Armenia (U.R.S.S.), en septiembre de 1971. Cualificados científicos norteamericanos, soviéticos y de otros países, firmaron un acta que, entre otras cosas, decía: "Si se llega a descubrir civilizaciones extraterrestres, el efecto sobre las capacidades humanas en la ciencia y la tecnología será inmenso y el descubrimiento puede influir positivamente sobre todo el futuro del hombre. Las consecuencias de tal descubrimiento constituirían una gran aportación al total del conocimiento humano".